domingo, 23 de noviembre de 2008

hay


hay algo, que con el tiempo,
crece entre la gente,
cálido y cierto como las buenas noches.

hay actos, que con el tiempo,
arrancamos de nuestras vidas,
como si fueran chicas de calendario

hay instantes
que sólo son agradecidos
cuando tienen un pasado.

hay momentos que se dan la mano,
inventándose un modo de durar.

hay algo que se nota en mí.

sábado, 25 de octubre de 2008

Primero

Primero se llevaron los becarios,
pero como yo no era becario, no me importó.
Después se llevaron a los subcontratados,
pero como yo no era subcontratado,
tampoco me importó.

Luego se llevaron a los mayores de cincuenta,
pero como yo no lo era tampoco me importó.
Más tarde se llevaron a las mujeres con intención de hacer familia,
pero como yo no era mujer tampoco me importó.
Después se llevaron a los contestatarios,
pero como yo no era contestatario, tampoco me importó.

Ahora vienen por mí,
pero ya es demasiado tarde.

lunes, 20 de octubre de 2008

Bit de vida

En sistemas automatizados, los componentes que los forman tienen una forma consensuada de saber si el componente compañero está en funcionamiento. Se llama bit de vida. Los componentes se buscan el bit los unos a los otros con objeto de saber del otro.

Lo imagino como un beep beep beep. Sigo aquí sigo aquí sigo aquí.

Cuando lo deja de emitir, el componente en cuestión ha caído.

Pienso que los seres humanos también tenemos un bit de vida que beep beep beep dice sigo aquí sigo aquí sigo aquí.

Cuando lo deja de emitir, el ser humano ha caído.

Pienso en la diversidad de bits de vida humanos. Altos, claros, irregulares, quedos, inapelables, flojos, precarios.

Pienso en mi bit de vida. Lo afilo. Lo apuntalo. Lo testeo asiduamente.

Pienso en ti y emito alto y claro beep beep beep. Sigo aquí sigo aquí sigo aquí.

martes, 7 de octubre de 2008

Siete de octubre

Afuera llueve en la cabeza de la gente.
Lo llaman crisis.

jueves, 18 de septiembre de 2008

El salitre inevitable de la melancolía



Solicito la plaza vacante en tus alrededores.
Te detallo los conocimientos que puedo aportar.

Sé jugar al laberinto.
Conozco los resortes para desarmar al enojo.
Los antídotos para la mordedura del desencanto.
Las fiestas y cantinas para los arrabales de la tristeza.
Sé retirarme a tiempo
para mirarme íntegro al espejo tras la derrota.
Reniego de la tibieza mansa de la rutina,
del pensamiento escombro, acomodado, por entregas.
Sé cerrar los ojos cuando me besan.
Abrirlos cuando llueve.
Ir de la mano con los niños y confundirme entre ellos.
Perderme en las ciudades.
Elegir las bufandas hermosamente
y apreciar el aroma ocre de una despedida.

Aporto mis títulos de
Licenciado en el arte de construir Castillos en el Aire.
Añorador de Imposibles.
Volador en los Columpios.
Funambulista de Palabras.
Zahorí de Músicas.
Equilibrista del Abandono.
Dador de Alientos.
Admirador de la liturgia de la Nostalgia.

Como aspectos negativos a mi persona, confesaré que
soy incapaz de dormirme tras los temblores, pues el amor me desvela.
Que no voy por atajos porque le tengo querencia al camino.
Que no voy con prisa porque le tengo alergia a llegar a ninguna parte.
Que no aspiro a nada que se pueda comprar.
Que tengo inercia por girarme cuando no debo
y mirarte aunque nos convirtamos en estatua de sal.
Que tengo reservado el derecho de admisión a mis entrañas.
y un mal gusto manifiesto comprando calcetines.

Por todo lo expuesto,
me ofrezco a pasar la jornada completa en tus cercanías.
Me propongo entrarte despacio y hacerme inolvidable a tu cuerpo.
Aspiro a ejercer como navegante de la tiniebla.
Dispersador de tu bruma.
Procuraré llevarte a los lugares prohibidos
y devolverte sana y salva a tus sábanas,
manchada sólo por la brisa marina
y el salitre inevitable de la melancolía.

Y prometo mirarte mientras duermes
con el mismo cuidado
con el que un niño lleva un pájaro malherido
a refugio entre sus propias manos.

martes, 16 de septiembre de 2008

Pensamiento


Si pudiera escuchar lo que pienso, no lo escribiría.

lunes, 25 de agosto de 2008

inicio de tus pies



Dos-uno-cero,
cuentas hacia abajo restando una vida
a nuestra suma de motivos.

Eres de esas
que no tienen boca para dar conmigo.
Porque necesito un quizá después de tí,
y tras tus pies,
que no piensan ni se preguntan.

Solo se deslizan
en busca de algunas noches
y de algun gesto
perdido.

jueves, 31 de julio de 2008

Usuario

Usuario
del transporte público
usuario
del sistema
operativo
usuario de un taxi
usuario de cubiertos en la mesa
usuario de la ironía cuando la ironía me lo permite

Usuario de las manos de acariciarse con tu cuerpo
frente a los usos y costumbres y a regañadientes
de la sociedad anónima
usuario del hormiguero del metropolitano
y no obstante
usuario del hormigueo por tu espalda


usuario del televisor
cuando quiero ver nada

Usuario primer mundo

Usuario de teléfono cuando quiero tener tu voz en mi oído
o escribirte un esemese que diga
te quiero
con qu de queso
sin poesía ni orquesta
cotidiano
constante

humilde

entero
y
entera

Usuario de servicios de mensajería en botella

Usuario de teclado para decirme

Usuario de la seguridad social y la inseguridad individual

Usuario del voto por cabreo

Usuario del transporte privado de este ente y cosa
que responde a mi nombre

Usuario a mi manera
pero usuario al fin y al cabo.

lunes, 21 de julio de 2008

Pormenor

Ocurre con cierta frecuencia que me descubro situado uno en la sociedad. Sociedad anónima. Sociedad laboral. Sociedad limitada.

Hago por desintegrarme y lo consigo.

Camino los pensamientos al lugar exacto en el que afirmar que no sabes dónde estás. Y que además no te importa.

Juego con las monedas del bolsillo. Con la tapa de un bolígrafo. Percuto las manos en la mesa marcando el contratiempo.

Juego al escondite.

Escondo la cabeza en los pliegues del día. Como un avestruz y encima tonto.

Cuando la gente habla no tengo mucho que decir.

Conozco a bulto vidas que no quiero. Uso el respeto. La lejanía. La memoria.

Me enzarzo con el sastre de los trajes grises.

Me gustan las sillas en los portales buscando la fresca, el relente. El aire.

El otro.

Miro. Fotografío en blanco y negro sensaciones. Mis maestros criticaban mi escasez de palabras. Lo llamaban síntesis.

Y todavía que no aprendo.

A veces pienso que un poema es un resumen de uno mismo.

Vuelvo del mercado con las bolsas ligeras.

Compro al pormenor.

domingo, 13 de julio de 2008

de lo imprescindible de mi


Ese lento y maravilloso afán que es el cuerpo.

Sin divisiones,
ni gráficos, ni jeroglíficos.

Si puedes sentir así es que no estás muerto.

Ahí te tienes a tí,
aliviado.
Sin cosechar los frutos de la inercia.
De lo que no te tengo miedo.

miércoles, 9 de julio de 2008

Prueba de vida

Hay voces que nos llevan lejos, otras nos traen a lo más íntimo, las hay que sin ser bonitas transmiten persona y por eso sólo nos conquistan, también se pueden encontrar las inmaculadas que no dicen absolutamente nada en varios idiomas con subtítulos...

Para mí, Cat power canta con una voz como prueba de vida. En las arrugas de su voz creo que se cuenta mucho o, al menos yo, escucho mucho:

Traducción muy libre:

La mejor
Hubo un tiempo en que quise ser la mejor.
No habría viento o cascada capaz de pararme.
Llegaron los golpes de las inundaciones,
las estrellas, que en plena noche te reducen a polvo.

Fundo mi piel con una gran armadura negra.
Abandono cualquier rastro de gracia.
Sólo en tu honor pierdo altura.
Ese inadaptado social
que echa un vistazo
por un hueco en la ciudad
donde calmar la ausencia de drogas.
Mi fe se ha echado a dormir.
Al final pierdo altura
y me aferro al suelo para el desfile final.

Hubo un tiempo en que quería ser la mejor.
Con dos rostros, pequeña triste roca.
Cuando las cosas que no podría explicar,
cualquier sentimiento,
me hacen perder altura.
Al final me aferro al suelo por la ausencia de drogas.
Mi fe se ha echado a dormir para el desfile final.

Hubo un tiempo en que quise ser la mejor.
No habría viento o cascada capaz de pararme.
Llegaron los golpes de las inundaciones,
las estrellas, que en plena noche te reducen a polvo.


The greatest
Once I wanted to be the greatest
No wind or waterfall could stop me
And then came the rush of the flood
The stars at night turned you to dust

Melt me down To big black armour
Leave no trace Of grace
Just in your honor
Lower me down
That corporate slob
Make a watch
For a space in town
For the lack of the drugs
My faith had been sleeping
Lower me down
In the end
Secure the grounds
For the later parade
Once I wanted to be the greatest
Two faced, sad little rock
When things I couldn’t explain
Any feelings Lower me down
In the end Secure the grounds
For the lack of the drugs
My faith had been sleeping
For the later parade

Once I wanted to be the greatest
No wind or water fall could stop me
And then came the rush of the flood
The stars at night turned you to dust

domingo, 29 de junio de 2008

Mujer valiente


Sé que tienes miedos, amor.
Que temes el anochecer como a la ruptura de ala de un ave.
Que desesperas con la oscuridad como dos amigos niños que discuten.
Que te adentras en la periferia del desamparo y te pierdes, pequeña, pequeñita, minúscula letra muda en el abecedario del dolor.

Sé que te guardas de los monstruos tras las sábanas.
Que te cuidas del susto acariciando el tejido de una prenda cualquiera.
Que quisieras abrirte de párpados y sentir el aroma de una infancia linda.
Elegir no crecer.
No rasguñarte la pata debajo de la puerta del lobo.
Silbarme, por si ya voy.

Sé que llega la noche y abaratas el precio de tus miserias.
Ese genio digno, esa pólvora pequeña que te impregna
se empapa de manantiales perdidos y se te hace nudo la vida.
Entonces te rehaces y descubres el embozo de la cama
como si aquello no fuera una metáfora de la amargura y
te abrazas a la almohada
y repasas algunas cosas del día sin importancia.

Te encomiendas a literaturas de presencia efímera, y
lees o escuchas a Satie o desmenuzas un sudoku.

Para dormirte crees en el milagro de los días.
Y quieres pensar en el calorcito de mi mano.
Y en mi manera de descubrirte justamente las heridas y cambiarle la gasa de ternura.

Y así hasta mañana, que empezarás tu día anónima,
sin escribas que glosen en sus crónicas
que allí se mueve la mujer valiente,
esa que salva cada noche a la patria humana
de su ración inevitable de vergüenza.

jueves, 26 de junio de 2008

¿me das fuego?


mi vida? es como ir al cuerno, volver y no haberme enterado.
¿me das fuego? continúo. mi mujer me dejó hace diez años porque la engañaba con otra. la otra también me dejó por mujeriego, y ahora me veo sin nadie que me lave los calzoncillos. me pido una copa, vale? perdona, ¿me pones un torres diez en copa grande? mis hijas ya no me hablan porque dicen que soy un perdido, aunque la pequeña pasa a escondidas de su madre por casa a prepararme algún que otro cocido, y pasar un poco el mocho. ¿te importa que eche esta calderilla al tragaperras mientras hablamos? es que es un vicio. total que ahora busco novia, que me quiera y esas cosas, sabes?.....te vas? a la farmacia? ah vale, te espero aquí en la máquina. antes de que te vayas, ¿me das fuego?

miércoles, 25 de junio de 2008

El arte de vender un producto...

... empieza por lo que ofreces en el exterior, por la manera en la que seduces a tu cliente para que no entienda cómo ha podido vivir su vida antes de conocer aquello que tú le ofreces. La capacidad de hacerte imprescindible.

Pues eso me ha pasado.
No entiendo cómo he podido sobrevivir hasta el día de hoy sin conocer antes a:



... a:



... y a:

lunes, 23 de junio de 2008

Lo bello y difícil

"De todo ello se deduce lo que, sin duda, constituye
la verdad última del puzzle: a pesar de las
apariencias, no se trata de un juego solitario: cada
gesto que hace el jugador del puzzle ha sido hecho
antes por el creador del mismo; cada pieza que coge y
vuelve a coger, que examina, que acaricia, cada
combinación que prueba y vuelve a probar de nuevo,
cada tanteo, cada intuición, cada esperanza, cada
desilusión han sido decididos, calculados, estudiados
por el otro".

George Perec: La vida, instrucciones de uso.

No es falta de interés.
No es vagancia.
No es saturación.
No es alevosía.
Ni nocturnidad, claro que no.
No es hambre, sueño, laxitud.

Es el listón. (Que no es superlativo, no, no lo es),
es una presión de madera vetada que llevo por encima
de la cabeza a todas horas, a todas partes, a medida
que avanzo o retrocedo o salto de caballo.
Me devano, me retuerzo, me escarbo y no hay. ¿Qué
estoy buscando?
Algo tan simple como lo bello y pequeño que a lo largo
de mi vida me ha asombrado, me ha paralizado, el
síndrome de Stendhal.
Para darte un poquito. Para por fin darte un poquito.
Y ese por fin se refiere a todas las veces en las que
no ha habido nadie, sólo yo aunque estuviese
acompañada, y ese nadie no entiende y ese acompañada
no sirve. Porque Stendhal estaba allí y lo entendía y
era alguien.
Y descubro mi referente más cercano, más nítido y más
real, en los escalofríos, los nervios, los sudores de
las últimas páginas del dueño del fragmento
anteriormente citado.
No encuentro lo que busco porque ha salido de mi
cabeza o está debajo de un montón de canciones del
verano, cotilleos varios, sesiones de sexo, botellas
de ron.
Debajo de la vida que me toca últimamente que ha
apartado tan fácil esa otra que he amasado con mimo
gracias a personas como tú. Y qué triste ahora mismo.
Y qué lógico un jueves noche.
Y que no sé si me explico. Yo desde luego, no me
entiendo.

domingo, 22 de junio de 2008

Besos golpe, miradas rasguño y aliento garabato...


Torpe que soy se me caen las palabritas y solo te puedo hacer llegar mis manos como quien envía cartas luminosas de paisajes y amapolas y nostalgias. Me prendo de tu brazo yo pequeño niño que da cortos pasitos, y me choco con todo lo que no eres tú porque lo que no eres tú me pierde me asusta me engaña. Me agarro con mi dedo meñique a tu alma meñique y paseamos nuestro amor barquito de papel por los regueros de los bordes de las aceras y lo salvamos de la alcantarilla a apenas dos palmos y reímos como si no supiéramos que siempre son dos palmos los que nos salvan y separan del desastre. Yo te acaricio como si tuviera las manos envueltas en trapos mojados, qué torpe que soy que te doy besos golpe y miradas rasguño y aliento garabato. Te acaricio niño inexperto aunque no esté en edad de ser inculto de mujeres que pretenden. Me traiciona mi tonto caballo a galope corazón y después de un beso golpe me falta mi aire que te he dado y no he querido respirar más por si te da por irte, para qué un más. Te miro a tus ojos de pestañas estambres y gestos pistilos y me mareo y busco despistar mi peonza compostura descolgándome más abajo justo en el sitio entre tu labio amanece y tu labio atardece. Pero no sé hacer eso de quedarme donde estoy cuando me pierdo y al mirarte me pierdo y voy hacia ti por más que meta piedritas en los bolsillos o me ate alrededor cordeles de cometa. Me pierdo a tu boca faro para náufragos y cierro mis ventanucos luciérnaga solo para ti hasta que pasas y llega la mañana y la luz y siento que te vas de mi lado como una marea que baja y que se entretiene de arenas entre unas piernas y no se agarra no se agarra se escapa dejando un alga coloreada de cascabeles entre tu dedo índice y tu palma mojada. Te vas por eso luego me lastimo con esta vida esquina y me luzco por la calle y me paseo un poco como viejo capitel escombro ignorando su ruina. Pongo un pie delante y otro atrás y llamo andar a esa forma de fugarse de mis pies espantapájaro. Me acurruco en el banco de un parque a practicar intemperie y espero espero espero por si llegas. Tal vez cuando vengas con tus dedos llamita y me crepiten en el lomo tus manos mariposa sonría y ría con boca de niño que nunca supo de la existencia de la mentira.

Metafísica íntima

Ay, almita, qué cuerpito más lindo usas.
Ay, cuerpito, qué alma inabarcable cabes.

jueves, 19 de junio de 2008

Música es todo lo que no es música

Trato de explicar el título, que así puesto parece una manera de soliviantar al personal porque sí.

Lo primero que debo explicar sobre el título es que es una manera de soliviantar al personal porque sí.

Lo segundo, la reflexión a la que llegué tras ver el vídeo que embebo en la entrada, el cual muestra a un grupo de robots, The trons, tocando música. A parte de que impresione, al menos en una primera impresión, el camino hacia el robot en el que andamos sin darnos cuenta, la parte de trecho que llevamos avanzada y el destino Asimov al que paso a paso vamos llegando, el sonido no acaba de ser, ni de estar. Es música y no lo es.

Música no es hacer sonar la partitura de cumplido modo, que también. Música es lo otro, lo demás. Que el guitarra emplee un newton más de fuerza en el do bemol del punteo porque le duele especialmente esa nota ahí. Que el batería llegue tarde un microsegundo con un swing que movería las caderas de la Cibeles. Lo que viene siendo la humanidad de una interpretación...

¿Esa humanidad musical podrá ser imitada algún día?

(que no se entienda como crítica al grupo, que el guitarra Lámparo me parece de lo más salado)



Vía ilustrae.

martes, 17 de junio de 2008

Micropena

Se habló del todo, se expuso. Y todos fueron conscientes: iba al matadero.
No era la carne, era el carnicero.

lunes, 16 de junio de 2008

Te llamas Ernesto Corona


Te llamas Ernesto Corona, y aunque no lo sabes, estás muerto.

Existen algunos detalles significativos.

Ninguna pelota de goma te golpea cuando estás en un parque con niños.
Ningún nombre de hombre o mujer se te viene a la cabeza al despertarte.
No te conmueve el olor a pan recién hecho.
Has olvidado la tabla del 8.
No recuerdas el nombre de uno de los mosqueteros.
No tarareas la música de ningún bolero.
No saltas las rayas blancas en los pasos de cebra.
No respetas la fragilidad de un camino de hormigas.
El tacto de la duna de playa te resulta algo antipático.
No sonríes, si no hay motivo.
No tienes memoria de la última vez que te sorprendió un color del atardecer.
Nunca te descubres viendo dibujos animados.
No anhelas saltar en los charcos.
No gustas de pasear descalzo por la hierba mojada.
No hay aroma que te despierte la memoria.
Hace tiempo que no sientes frío.
Opinas que el barro mancha.
No lloras.
Tus calcetines, siempre del mismo par.
Crees que la lluvia sólo moja.
No sabes la fecha exacta de tu primer beso.
No miras al cielo por las noches.
No tienes bar de la esquina.
Organizas los viajes.
Te molesta el viento.
Las tormentas no te excitan.
Cierras los ojos sólo cuando vas a dormir.
Pelas las naranjas con cuchillo.
Bajas las escaleras de una en una.
No te ilusiona tener cartas en el buzón.
No te acuestas sobre la cama si está deshecha.
No recuerdas si eras bueno a las canicas.
Olvidaste montar en bici…


Sonríes.
Tienes motivos.
Sé lo que estás pensando.
No existe tanta diferencia entre tú, un muerto, y ellos, los vivos.
En eso consiste el trato.
Esa es la ceremonia.
Ahora te vas a acercar a esa chica que conoces de la oficina.
Y le vas a decir:
“Te llamas Julia Codina, y aunque no lo sabes, estás muerta.”

Preocupación

Tengo comprobado que soy más lento abriendo la boca y sacando la lengua que escribiendo dos puntos pe mayúscula.

:P

viernes, 13 de junio de 2008

oyeur



Quiero convertirme en un banco de madera. Que pongan sus culos en mi espalda y ser un "oyeur"

Quiero enterarme de tu primer te quiero, oír las preguntas que te haces en voz alta y que no sabes responder.

Me encantará escuchar la conversación de las canguros, de las putas, de las adolescentes pre-menstruales, de los abuelos que salen al sol. De los rapados, del ejecutivo asfixiado, de los perdidos en la ciudad.

Oír el suspiro del que se sienta a mirar las nubes. Del que lee en voz alta, del que fuma en silencio un domingo por la mañana, del que se alegra por reencontrar otra medida del tiempo.

En poco tiempo habré hecho amistad con las palomas, estaré roído por la lluvia, tendré corazones grabados en mi lomo, y posiblemente las hormigas me habrán perdido el respeto.

Pero me dará igual, ya no me preguntaré qué hice mal, ni bien. ¿qué se podrá decir que ya no sepa?

jueves, 12 de junio de 2008

Vista bonita

Te veía desde el abrazo la cadera, a vista de pájaro te miraba, boquiabierta la cara.

El sustento

Como un perro sin cadena al parque
se escapan mis manos a ti. Y no hay gobierno que valga.

Extiendo los brazos de dentro. Experimento ganas de despegar los vuelos. Y es importante no mirarse los pies de dentro.

Me repito nuevo. Me nazco. Me paro. Doy una cierta luz.

Guío mis brazos. Es importante ir a favor con el viento. Todo lo demás es nada y nadas nos sobran.

Miro el teléfono para ver tu voz. Miope de oído, nunca lo he sentido tanto. Pierdo una palabra y pierdo mucho.

Pierdo un hilo de voz y pierdo todo. Afortunadamente escribes alto y claro.

Muy afortunademente tú.

Es fácil entenderse cuando se calla el mismo idioma. Y se mastica el mismo hambre. Y los besos abren la boca del estómago.

Y besas que alimentas.

lunes, 9 de junio de 2008

Una imagen vale más...

Comentaría las fotos, pero ninguna de mis palabras, por rebuscadas que fuesen, estarían a la altura:







Una manera como otra cualquiera de aguantar un lunes...

Alrededor

A veces hablo conmigo.

Y te escucho.

Miro hacia la derecha en este caso,
o hacia la izquierda indiscriminadamente,
construyo cara de hacerme el interesante. Pienso nada.

Pero escucho. Me escucho. Y a ti.

Emprendo un discurso monocorde en clave de sí bemol.

No pasa nada y pasa todo.

Hago espacio en el mundo mío. Tu hueco desde el fondo del almario.

Me pregunto a tus oidos.

Me respondo con tu voz armada en son de paz.

Intercambiamos ojos. Manos. El calor.

Guapo porque dices guapo. Y tu voz.

Me armo a tu alrededor.
Y la calma.

jueves, 5 de junio de 2008

Elogio de la ternura


Esta mañana me levanté y yo no estaba allí.
Las sábanas guardaban mi forma, más celosas de mí de lo que ha sido nunca ninguna mujer.
Yo era el molde de mi cama.
La luz ejercía palidez con la elegancia habitual. Y en la pared mi sombra parecía ausente, pero sana.
Fuera, los ruidos que definen una mañana cualquiera y única.
Un cuadro mirándome distinto, como todos los cuadros que lo son.
Leves partículas de polvo que pesan más que yo.
Zapatos, pantalones arrugados, camisa por los suelos.
En la habitación reina el desasosiego precioso de una noche con encuentros.
Calcetines y calzoncillos en la esquina designada como “no me apetece ir al cesto del baño”. Aunque el número de prendas delata que han sido varias esas noches.
El libro con la página marcada en la palabra intacta del sueño, antesdeayer tarde, cuando mis párpados se desvincularon de mi cerebro.
La almohada, en el suelo, como en las buenas noches.
El despertador perfecto porque no hay tal.
Todo.

Pero yo no.
Todo existía pese a mí.

Intento hacer memoria de mi inexistencia.
Por qué yo no.
Ayer noche.

Te me apareces al instante.
Me inunda esa memoria certera tras los besos.
Ayer, tu cuerpo de harina se deshizo entre mis manos.
Ayer, tu aliento de campana me dejó incapaz para la vida.
Ayer, tus dedos zeppelines me volaron allá tan lejos de mí.

Rememoro la noche con afán de coleccionista.
Reinventé mis labios para ella, y fui osamenta de sus brasas.
Traté su piel como un papiro antiguo.
Parecía haber nacido de mis manos.
Algo extraordinario e inabarcable.
Un viento preñado. Una tormenta encubierta.

Me toco la cara.
Tengo el rostro tirante y el cuello enrojecido.
Esas mañanas después del amor, uno tiene textura de arena de playa.
Una arcilla minúscula.

Pero todo empezó antes.
Una cena
Le serví la copa de vino.
Lo justo para que me mire más guapo de lo que soy.
Comí discretamente sus risas para no asustarla.
Tan bonita era que me asaltaban vocablos hermosos y desconocidos mientras charlábamos.
Dije remembranzas en vez de recuerdos.
Dije hogaño en lugar de hoy día.
Dije destello. Y perenne. No sé. Palabras raras.
Hice, en suma, un tierno ridículo, que viene siendo una buena definición del juego del amor.
La música se me hizo eterna porque no estaba a su altura.
Sus ojos, mediada la noche, eran ya chimenea…
Creo que fui yo el que se decidió por pretender su peso encima de mí.
Y creo que fue ella quien me dejó pretenderlo.
Prescindí de su ropa a y ella hizo de la mía una verdad algo superflua.

Y ya tus labios con un galope lejano.
Y mi beso mínimo de no abarcarte.
Y tu caricia de saliva incalculable.

Yo, contemplé tu cuerpo
Yo, que tengo la ternura agostada de tanto renegar de ella.
Que soy incapaz de distinguir entre lo que creo y lo que destruyo.
Yo, que lloro como un crío ante las cosas bellas.
Yo estuve allí.
Yo creé el fuego.
Inventé la ternura.
Rehice el nudo.

Y te abracé tanto, amor…

Y creo que eso fue lo que pasó.
Que juntos conseguimos hacer un sinónimo de la noche.
E inventamos el sonido de una lluvia.
Y nos quedamos como quien oye llover.
Escuchando con mucho cuidado, despiertos.
Te metiste en el dobladillo de mi pantalón.
Descubriste el bolsillo secreto de un crío.
Sus tesoritos.
Me robaste las canicas.
Me perdiste los cromos.
Y ahora nada tiene sentido.
Y ya no te espero, aunque te vaya a esperar.
Porque hay caminos que en los que no se puede dar la vuelta.
Y tú eres el mío.
Me declaraste fuego.
Incendio de mí.

Hoy me levanto y mis pies son cadáveres de ballenas.
Y creo que no me importa demasiado.
Ni tan siquiera me importa no estar yo aquí.
Qué sentido tendría, si el problema es otro.

Si el problema es que esta mañana me levanté y tú no estabas allí.

martes, 3 de junio de 2008

Y el cariño

¿Quién quiere hijosdeputa cuando tiene amigos?

:)

Perro ladra, que es mucho contento



Perro ladra, que es mucho contento.
Perro nace cuando tiene un mes, porque los perros nacen cuando los regalan a niños.
Perro es nacido a un niño de tres años que perro ya quiere.
En cuanto ve, Perro quiere.
Perro quiere mucho.
No sabe ladrar, Perro, así que abre hocico y cierra.
Perro afónico.
Perro es bonito de pequeño. Pelambre oscura. Perro suave.
Salta sobre patitas que no sostienen.
Mueve eso de atrás con pelos, para todas partes.
Perro mueve cola porque es mucho contento.
Perro y Niño andan todo el día a la par.
Perro muerde las manitas de niño, pero poco.
Niño achucha fuertemente a Perro, pero mucho.
Perro lame lame lame y no gasta a Niño.
A Niño no molesta baba.
Perro y Niño corren de a dos.
Perro corre poco para que Niño no separe mucho.
Niño corre mucho para que Perro no separe ni un poco.
Perro duerme junto niño.
Perro acurruca, que es mucho contento.
Niño pasa a Chico.
Perro ya ladra fuerte y patas sostienen.
Perro no tan bonito como bebé perro.
Pero Perro y Chico ya pueden volver a casa cuando es Noche.
Chico juega con amigos y perro.
Perro ladra a quien no gusta para amigo.
Chico corre mucho, y aunque Perro más, Perro deja coger.
Perro duerme a los pies de Chico.
Perro vela sueño Chico, y siente mucho contento.
Chico pasa a Chaval.
Perro pasa a perro a veces cansa.
Chaval cambia voz.
Perro ladra menos ya.
Chaval sólo ve a Perro por la noche, fastidia sacar.
Perro vive en puerta esperando Chaval.
Cuando ve, ladra mucho contento.
Cuando no, espera espera espera.
Chaval no sabe juegos con Perro, solo lleva correa.
Perro corre poco, patitas con duele.
Perro mira con ojos cansado a Chaval y ve contento.
Entonces Perro contento, sin ladro.
Tiempo pasa mientras perro duerme en pasillo.
Chaval quiere habitación para sí.
Mamá Chaval saca a Perro, que anda poco pero ve mucho.
Una noche Perro ve Chaval juntando labios con Chica.
Y ve chispas en ojos Chaval como cuando niño con Perro.
Perro entiende, y busca calor en piernas Mamá Chaval.
Perro, durante noche, abre puerta cuarto chaval.
Perro acurruca a pies Chaval y lame despacio.
Chaval estira mano, acaricia pelambre Perro.
Perro siente duele de tanto quiere.


Perro cansado, con mucho contento, se deja ir.

domingo, 1 de junio de 2008

Milímetro

Si te puede ayudar un milímetro no tengo nada mejor que hacer que coger el coche, ir a ti, darte un abrazo no de los míos sino de los para ti, y volverme a mí.

martes, 27 de mayo de 2008

Contigo



Desnúdate del mundo y ponte las alas de no llegar tarde.
Disfrázate de quererme.
Sal a la calle con aroma a campo recién llovido.
Cultiva entre tus muslos la vertiente de la madera.
Hazme el habitante de tu regazo.

Entra, a que te esconda tras las cortinas.
Concédeme la estancia infinita de tu espalda.
Acércate a que te bese con versos de garabato,
a tirar el marca páginas del libro de la melancolía.

Vente de la mano a poblar de corales el envés de la miseria.
Sube contenta a mi barquito de papel que no se hunde.
Dibuja la silueta de mi mano.
Bautízame tu Pájaro del delirio.

Deja los juguetes por el suelo
y huye conmigo toda manchada de ruina.
Escápate de tí, conmigo.

Escápate.

Pero conmigo.

domingo, 25 de mayo de 2008

Shojinka, soifuku y lo relativo al jidoka...


En estos días toca reunión de la cúpula de esta santa empresa, Team Buildings y Análisis de Desempeños varios. Vamos, el momento de las subidas de sueldo. Lo promueve el director de todo esto, el Gran Jefe, cuyo título en la empresa ocupa dos líneas y que, para ocupar ese puesto, ha de cumplir con ciertos requisitos. A saber:

- Estar un poco calvo.
- Ser un charlas.
- Fingirse comprensivo cuando no... ("La puerta de mi despacho siempre estará abierta para el que quiera hablar conmigo". No tenemos noticia de que ninguno de los que haya ido haya regresado).
- Tener un cochazo en el apracamiento y decir "Tengo que venir en esta tartana de mi mujer, porque el mío está en el Servicio Oficial de la Porshhhhhch".
- Tener barriga (el primer jefe que tuvimos era tan barrigón que le llamaban "El hombre que se comió un asiento". Parece que RRHH, intentando ahorrarnos la contrariedad de cambiar tan aceptado mote, decidió mantener el molde con una exactitud sospechosa}
- Babear con Laura, la secretaria.
- Gastar unas gafas más pequeñas que los ojos.
- Utillizar zapatos de doble ruido de tacón... así, al andar por las oficinas, se genera un ruido continuo ca tlá ca ttlá ca tlá ca ttlá ca tlá ca ttlá ca tlá ca ttlá que acojona bastante.
- Formular los reproches de manera interrogativa (¿mascas chicle? ¿te quedaste sin maquinillas de afeitar?)
- Utilizar panalones de talle sobaco.
- Procurar despistarte con terminología caótica y japonesa por eso de la espiritualidad pero que ocultan el puteo de toda la vida. Ejemplos (juro que reales):

"Has de ser más shojinka(1), incidir en el soifuku(2) y primar todo lo relativo al jidoka(3)"

(1)Shojinka = Flexibilidad en el trabajo = Echar horas extras por la cara
(2)Soifuku = Fomento de ideas innovadoras = Piensa tú cómo solucionarme mi trabajo
(3)Jidokha = Autocontrol de los defectos = Nomejodas y soluciónate tú solito los marrones


- Renombrar lo obvio para que sea rimbombante e irreconocible. No tenemos carretilleros en las instalaciones sino Técnicos en Movimiento Industrial. No hay basurero sino Distriuidor de Material Obsoleto en Superficie. No hay Conserje, sino Responsable del Flujo Entrada / Salida en Instalaciones Productivas. Y los informáticos son Information Thecnologies Technicians & JIT Proyect Developing Champions.
- Dar ejemplos que, más que dignificar los trabajos difíciles, los dejan en evidencia. ("Hay que respetar al Servico de Limpieza. Yo también empecé por la escala laboral más baja").

Y, principalmente:

- Ser miembro y activista del Opus Dei. Hasta tal punto que la mitad de la cúpula directiva de esta santa empresa ha creado el Día del Orgullo Dei, que celebran con sus esposas en un fin de semana de convivencia una vez al año.

Por motivos que aun no logro explicarme, jamás he sido invitado a tan magno acontecimiento. Pero bueno, no me ofendo, de esa manera consigo mantener mi nivel de motivación empresarial y no cejar en mis aspiraciones como persona...

sábado, 24 de mayo de 2008

Se busca comentarista de lujo (asiático)

Se busca comentarista de lujo (asiático) y demás atavismos. Verbo afilado de puntilla roma. Desconcierto enfundado. La palabra de gala. Comentar es el arte de entender.

¿Capitán, dónde está?

miércoles, 21 de mayo de 2008

Bichito:



Te pido disculpas por el retraso en la correspondencia. Hemos tenido algún contratiempo con nuestro escriba habitual, Adolfo (el ciempiés más Golfo). Sí, sí, has oído bien. Ciempiés. Ya sé, no hace falta que me recuerdes, que a Adolfo le pone particularmente nervioso que le llamen ciempiés. Tiene 65 pares (130 pies). Todos calzan un 12 menos el segundo empezando por el lado izquierdo, tercer segmento. Ese pie calza un 14. Por los callos, dice él.

Bueno, el caso es que creo que no le importará mucho. Parece que ha pasado a otro plano. Je, eso tiene gracia. Ahora lo verás. Te cuento. Por lo visto ayer en la madrugada, Adolfo cruzó tarde la pradera, ya que había pasado la noche con, dos punto:
- Astolfa, la mariquita más Gol…osa (el tercio delantero, pies del 1 al 46), con
- Miluca, la oruga más Bruta (tercio central, pies de 47 al 98), y con
- Francisco, el escarabajo Arisco (tercio trasero, resto de pies), a quien había invitado a un néctar bien fresquito en el único hormiguero abierto que quedaba a esas horas, el Bicho Raro.

Pues volvía Golfo Adolfo de su ajetreada cita cuando se encontró con el pulgón Rigoberto, el Dueño del Huerto. Ya sabes que desde siempre se han llevado mal. Adolfo le llama “Chof” en atención al ruido que hacen cuando les pisan los gigantes-con-pies-tan-grandes-para-qué. Rigoberto no estaba para bromas hoy. Han fumigado a su Aurelia y dice que no hay quien coma con esa peste. Así que, en ayunas y aludido por el chof, soltó un par de exabruptos de los que dice estar profundamente arrepentido, que no corresponden a un pulgón de su renombre y apetito.

Adolfo se quitó setenta zapatos que tiró a Rigoberto, pero claro, estos rebotaron, cayendo en la madriguera de la araña Gunila, la que más moscas apila. Para empeorar las cosas resulta que Gunila calza un 22, cosa que la hace sentir tremendamente avergonzada y acomplejada desde pequeñita, y cuando le empezaron a llover zapatillas del 12, se echó a llorar con sus ocho ojos a la vez (dos de ellos a moco tendido). Esta mañana, más tranquila, nos ha contado que no sólo fue por lo de las zapatillas… para rematarlo, la situación le recordaba a su esposo y gran amor, la libélula (que ejercía de cartero) Ismael , para que vas tú si puede ir él. Ismael le tiraba piedritas a la madriguera para despertar a Gunila en su juventud… hasta que una noche, tras una fuerte discusión (volaron moscas), Ismael fue a ahogar sus penas en el panal de moda, el Rica Miel, y fue seducido por la mantis Arancha (te como y me quedo tan pancha). Gunila no lo volvió a ver, y se la tiene guardada desde entonces.

La araña Gunila (araña viuda desde que perdió a Ismael) lloraba desconsoladamente, increpando a la mantis Arancha, que había venido al escuchar tanto alboroto… porque Adolfo iba todavía por el zapato 45 y el pulgón Rigoberto se escondía tras la tortuga Ginebra (más corre una piedra), que padece de insomnio desde que sabe que es sonámbula y puede acabar boca arriba a poco que sueñe que la hierba acaricia su pequeño caparazón.

Pues si será mala suerte que la tortuga Ginebra esa noche había conciliado el sueño y se puso de un humor de muy señor mío al ser despertada, después de tantas noches en vela. Acto seguido se incorporó a la trifulca Daniel, la cigarra macarra, que estaba hecho un basilisco, ya que durante las pasadas 108 noches había frotado y frotado sus patas para que su rumorcito hiciera dormir a su buena amiga Ginebra y ahora se le había despertado y él con esas agujetas. La cigarra no paraba de decirle a la mantis Arancha “me he quedao con tu cara, listilla”, pero ella parecía estar tan pancha.

Todos estos hechos hicieron mella en nuestro responsable sereno, la luciérnaga Lucho (para las fiestas mola mucho), que viendo que estaban discutiendo a oscuras y que podían hacerse daño, se presentó ipso-facto en el lugar de los hechos para dar algo de luz al asunto.

Eso molestó sobremanera al murciélago Macías (prefiero las noches a los días) que hizo un vuelo rasante como muestra de repulsa ante el dominio de la luz sobre la oscuridad y, aprovechando la ocasión, hizo un buen par de piruetas, ya que ser piloto acrobático de pruebas en turno de noche es algo muy sacrificado

Tamañas hazañas arrancaron los aplausos del perezoso Santiago (como puedo ser tan vago) que por no hacer el esfuerzo de cerrar los ojos, estaba despierto. Bueno, realmente despertó EL aplauso.

Y claro, el ciempiés Adolfo, la mariquita Astolfa, la oruga Miluca, el escarabajo Francisco, el pulgón Rigoberto, la araña Gunila, el espíritu de la Libélula Ismael (Santa Termita lo tenga en su gloria), la mantis Arancha, la tortuga Ginebra, la cigarra Daniel, Lucho la luciérnaga, el murciélago Macías y el perezoso Santiago… despertaron a un gigante-con-pies-tan-grandes-para-qué, que salió a su porche gritando en su idioma incomprensible.

Todos huyeron en estampida exceptuando el Golfo Adolfo, que estaba intentado quitarse la zapatilla del 14 del pie con callos, el segundo empezando por el lado izquierdo, tercer segmento… pero se le había en-callado (je) y distraído como estaba fue aplastado por el pie del gigante, al que desde ese momento llamamos gigante-con-pies-corre-por-dios. Y de ahí eso de que Adolfo ha pasado a otro “plano” total de existencia, o ha pasado a la otra existencia totalmente plano.

Así que tenemos ahora un joven ciempiés en prácticas de escriba, Bernardo, que es tan jovencito que aún no tiene rima, ya se nos ocurrirá algo. El pobre sólo tiene 76 pies (calza un 9) y se las ve en figurillas para escribir cada página que le dicto, y de ahí mi retraso al escribirte.

Explicado esto, sólo decirte que la pradera continúa sin novedad. Esto es un aburrimiento. Aquí nunca pasa nada.

Afectuosos colores.

La mariposa Pilar (acodada en la barra del Bar)

lunes, 19 de mayo de 2008

El instante del hallazgo



Guardo un recuerdo. Asolado.

Juego al escondite con los demás. Somos muchos.
Alguien cuenta fingiendo hacerlo con los ojos cerrados.
El resto corremos, gritamos, reímos, no sé en qué orden.
Nos desparramamos como canicas por los huecos de una calle sin huecos.
Me agacho entre dos coches.
Tengo en los ojos la emoción de quien quiere ser hallado o admirado.
Espero el instante del hallazgo.

Pasa algún tiempo, impreciso.
Alterno el peso de mi cuerpo de un pie a otro, en cuclillas.
Escucho como descubren a otros.
Pero no me encuentran.

Río y me ovillo por dentro de orgullo.

Más tiempo.
Hay ya menos luz.
Poco a poco, dejo de oír ruidos comunes.
Percibo el olor de las primeras cenas descolgándose por las terrazas.
Las farolas comienzan a desmenuzar su mundo cercano.
Las aceras se afilan.

Me atenaza la duda.
Respiro con dureza.
Sé pero no quiero saberlo.
Finalmente, me decido.
Salgo y todos se han ido.
La calle lleva desierta desde siempre.
Vuelan hojas o papeles.
De repente, todo es paisaje del dolor.
El estuario de lo bello que es un niño, se va derrumbando.
Comparto deriva con mi propia ruina.

Miro sin ser ya un crío. Comprendo.

Atardece y dos certezas.

Sé que no me han encontrado.
Sé que no me han buscado.

jueves, 15 de mayo de 2008

Pienso para gansos

Pienso poco y mal pero pienso lo que pienso.

martes, 13 de mayo de 2008

Recoger las cosas que los demás no quieren


Mis padres, como los de todos, procuraron darme una educación exquisita. Fomentaron la lectura casi antes de aprender a hacer la lazada de la zapatilla. Las buenas maneras, el escuchar a la gente, interesándonos por la cultura en general. Supieron comprarnos los cuentos (que luego comics, que luego libros con dibujos, que luego libros) que más nos influyeron. Y todo ello sin hacer de nuestra infancia algo aburrido.
Nuestro ejemplar del Principito.
Las pelotas de todas clases que se pudieron permitir.

Y, principalmente, no decir palabrotas.
Se cuidaban muy mucho de que no dijéramos palabrotas ni de decirlas ellos.
PERO hubo dos excepciones. La primera vez que mi padre dijo "¡Este niño es thónto!" (con hache intercalada de cuando te sale del alma) fue cuando jugaba con un juguete en la mesa encima de un plato de lentejas.

- Nadie, deja eso
- Nadie que al final lo vas a tirar
- ¡NADIE, PARA!
- ¡¡NADIE!!


El juguete cayó en las lentejas, hice un estupendo batido de lentejas con plastiquitos en la ropa de todos los sentados a la mesa, y mi padre soltó un sonoro:

- ¡¡¡ ESTE NIÑO ES THÓN-TO !!!

Bien ganado.

Y, la segunda, vino con la pregunta tan manida de "¿Qué quieres ser de mayor?". Delante de todos los invitados, en esa época en que todos los niños son una monada, y riquísimos, y cualquier cosa que digan hace que los mayores se partan de risa, y que nos miran como si fueran a achucharnos hasta redonderanos las aristas... bueno, pues en ese contexto me preguntó mi papá que qué quería ser de mayor. Y yo, convencidísimo, dije:

- ¡BASURERO!
- ¡¡¡ ESTE NIÑO ES GILIPOLLAS!!!


Inciso. No es que mi padre considere en ningún caso ese trabajo como indigno. Al revés. Hay precedentes familiares.. Simplemente, creo que quería una respuesta con más glamour, tipo futbolista o astronauta.

Pero es que no me entendían.
Yo veía pasar a mi basurero cada noche. Se bajaba del camión, se acercaba a los cubos, los lanzaba calle abajo dirección al camión-máquina-devoradora-de-cosas. Y ese engendro del demonio los levantaba hasta tres metros de altura, los volcaba y los volvía a vaciar en el suelo. Y entonces (y este es el mayor motivo de mi fascinación), el camión arrancaba, el basurero corría tras él y se subía de un salto al pescante exterior, como los de los coches de gangsters de los años 30 en Chicago. Y el basurero cerraba los ojos, con el viento en la cara, y se alejaba hacia la noche difuminado por la luz de las farolas.

Y eso quería ser de mayor.
Pero me quede en Don Nadie.
Cierro los ojos a menudo.
Saco la cabeza por la ventanilla.
Me place el viento en la cara y la luz anaranjada de las farolas.
Pero no sé subirme en marcha a los camiones ni recoger las cosas que los demás no quieren...

domingo, 11 de mayo de 2008

Combatir la soledad de los columpios


Es para combatir la soledad de los columpios por lo que engendran las mujeres.
Por tus manos, hay Rodin.
Para el disfrute del tendedero, se convocaron las tormentas.
El perro tiritaba de frío hasta que se improvisó la fidelidad.
Los lienzos, excusas para saciar la sed de color de las paletas de Chagall.
Para que Paul Newman paseara mujeres, se proyectaron las bicicletas.
La ventana, para albergar un cierto aroma a Audrey.
El castillo de arena pidió playas y agua oleando para erigirse siempre distinto.
El viento es invento del molino de papel.
El pupitre sólo vino a ser tatuado de amores por el chico de la última fila.
Para ahuyentar la melancolía de los violonchelos, asomó la música.
El tiempo existe para entender a Cortázar.
El sauce. El ciprés. Abonados con el invento de la tristeza.
Hubo que retrasar los trenes en las estaciones para que acontecieran los crucigramas.
El frigorífico existió para aprender yo a pronunciar la erre cuando era crío.
Para entender tus hombros, se pensó la belleza.
Y la tabla del ocho para el orgullo de un padre hacia su hijo.
De hermoso que era el término capirote, urgió poner un loco debajo que lo sostuviera.
Para el delirio de los niños, se instituyeron los burros con orejas de pelambre.
Pero los niños son sólo los juguetes de sus peluches.
Con una sola peca se garantizó la concepción de la comisura de los labios y,

en definitiva,

estoy convencido de que es el olor a pan recién hecho de cada mañana el que hace amanecer los días…

viernes, 9 de mayo de 2008

Los habitantes del planeta Oficina


Cuaderno de Bitácora. Fecha Estelar: 620 / 467 / 551 del año del Cerdo.

He vuelto por mis fueros. Como todos los días desde hace ya varios años, he pasado mi tiempo estudiando a los habitantes del planeta "La Oficina", por su interés intrínseco y por lo comunes que son en todo el universo conocido. Llevo ya cuatro años dedicado a los oriundos de esta zona, que resultan ser unos especímenes de una morfología y sintomatología de lo más sospechosa. Un primer esbozo de clasificación sería el siguiente.

Los habitantes de La Oficina, que de aquí en adelante llamaremos "usuarios", se dividen en 5 tipos:

- Los Zotes: El nivel inferior de la evolución. No han visto algo con enchufes hasta hace un par de años. Su DNI está en latín. “Spectrum 48K” es alta tecnología. Caso real: me llama Zote Óscar (al final les tomo cariño y les pongo nombre a los individuos) diciéndome que le da a Siguiente en su pantalla táctil y que no le funciona. ¿Táctil? Pero si no tenemos pantallas táctiles en la oficina… Pues, efectivamente, táctiles no tenemos y desde ayer, planas (TFTs) tampoco. Tanto apretó creyendo que era táctil que ahora se ha roto. Y como es el formador de las nuevas incorporaciones, le ha enseñado a todo el mundo a cargarse más. Una “partida defectuosa”, lo llama él. A ver cómo coño le explico esto a los del Servicio Técnico que nos lleva la garantía…

- Los Enteraíllos: Pertenecen a la misma escala evolutiva que los Zotes, pero debido a una mutación genética, tienen la ceja siempre levantada como Sean Connery. Son agotadores. Has de explicarles todo, no para que lo entiendan sino para que LOS DEMÁS crean que ellos lo entienden. Caso real: le instalo una aplicación nueva a Enteraíllo Javier. Me pregunta que en qué está programado. Le digo que normalmente se programa en Delphi aquí, pero que esto es una excepción y que está hecho en Visual Basic. “¡Anda! Ese me lo se yo 10 LOAD, 20 GO TO RUN” (aclaración: eso es Basic, tan actual como Yaki y Nuca). Me pide que le enseñe el Código Fuente. Se lo enseño. Claro, ni papa. Me mira. Sonríe. Le miro. Sonrío. “Está muy bien”. Me invento un frasoncio sin sentido: “Esta línea no compilada representa la sincronización de las BDCS primarias al correr el debugger de reindexado”. Asiente con la mirada perdida. “Ya lo suponía”. Como decía, son agotadores…

- Los Quejicas: Siguiente paso en la línea evolutiva. Tienen el don de la perseverancia. Es como en los Simpson, ganan por KO técnico. ¿Me dejas ir, papá? NO. ¿Me dejas ir, papá? NO. ¿Me dejas ir, papá? NO. ¿Me dejas ir, papá? NO. ¿Me dejas ir, papá? NO. ¿Me dejas ir, papá? NO. ¿Me dejas ir, papá? NO. ¿Me dejas ir, papá? NO. ¿Me dejas ir, papá? Vaaaaaaaaale. Pues esto es igual. Caso real: Quejica Paqui, “No me funciona el ratón”. “Vale, ahora voy a echarle un vistazo”. Se queda en la puerta. Continúa en ella. PERSISTE en la puerta. Yo me hago el longui, a ver quién puede más… Siempre ganan ellos… “Paqui, en cuanto pueda voy”. “Vale, vale”. Sonrisa beatífica. Permanece. Ya casi crees que forma parte del mobiliario cuando pierdes los nervios y vas a ver por qué narices no le funciona el ratón.

- Los CCATC (Con Copia A Todo Cristo): Los CCATC han perdido la facultad de hablar. Para equilibrarlo, la naturaleza les ha dotado de una capacidad extraordinaria para rellenar el campo “Con Copia” (CC) de los mails, su único medio de comunicación. En esa copia está tu jefe, el suyo, sus amigos y su MADRE… así, en grandote, para hacer presión. Eso sí… son educados. Cuando les resuelves algo y vuelves a tu despacho, tienes un mail CCATC dándote las gracias (y otro de su madre)… A veces dan palmadas con los pies cuando se emocionan…

- Las Zanksinadvans: Los más inteligentes de todos. La cima. El Oficina-Sapiens. Éstos acaban todos los mails con un “Thanks In Advance” , agradeciéndote un trabajo que todavía no has realizado. Sus frases suelen ser largas y adornadas de una prosa tramposa. Caso real. Extracto final del mail de Zanksinadvans Antonio: “Gracias por saber valorar en sus justa medida la urgencia en priorizar este asunto sobre cualquier otro. TIA”. Ese TIA es, de nuevo, Zanksinadvans en siglas, no es Mortadela y Filemón. Esta utilización particular de las siglas les hace muy característicos para su estudio. Dentro de los Zanksinadvans se enguantan los ASAP (Asunasposibol), los FYI (forllorinformeision) y los FIFO (firsinfirsout). NO están en extinción, lo cual no deja de ser una pena…

Lo que sí tienen todos ellos en común es un gran respeto por la deidad superior. Esta deidad pertenece al culto o religión de los Informáticos, y se le conoce habitualmente como “San Reinicio”. Para atender a Zotes, Enteraíllos, Quejicas, CCATCs y Zanksinadvanses, nos encomendamos siempre a San Reinicio, que soluciona cualquier estropicio, y casi siempre acude en nuestra ayuda.

Este hecho nos ha perjudicado bastante a ojos del universo, porque debemos ser la única religión en el mundo entero en la que las encomiendas no fallan. Tan a menudo nos salva que le hemos puesto un nombre menos formal. Lo denominamos “Botonazo”. Así, cuando alguien te llama para que le soluciones un problema, lo primero que hay que decir al usuario es “Botonazo”. Ellos se sienten reconfortados. Si tras el botonazo aquello no funciona… entonces, amigo, prepárate para mudarte de planeta...

jueves, 8 de mayo de 2008

Regalo envenenado

¿Quieres la última palabra? Para ti, te la regalo.

miércoles, 7 de mayo de 2008

Mandamientos para quien ama a una mujer


Crearás para la mujer un cauce donde habite el río navegable de tu caricia.

Admirarás su cuerpo como una civilización perdida.

Jugarás al escondite con su boca perfecta.

Encontrarás los placeres del imperio de su sombra.

Mancharás su cuerpo de temblores.

Desatarás tu lengua de viento tramontana para que remonte sus malezas.

Crearás una mitología al olor de su pelo.

Recibirás sus besos como una forma de entender el olvido.

Aprenderás a deshacerle las trenzas de su rabia.

Y la amarás, sobre todas las cosas, por lo dulce de sus rodillas.

lunes, 5 de mayo de 2008

Gente molesta

Me tropiezo de vez en cuando con gente molesta.

No pretenden serlo, pero lo son hasta extremos que me hacen contemplar la posibilidad de abandonar mi eterna sonrisa de postal y mandarles a la mierda. Sin embargo mi vergüenza me lo impide todas las veces.

El último caso es mi portero, uno de los cuatro que tengo en turnos de seis horas.

Todo empezó cuando me sonreía más de lo que suele ser usual en mis otros tres porteros, esto es: nada.
Un día se arrancó aprovechando que había unos cuantos vecinos presentes en el portal y me dijo "Adios guapísima".
Yo me quedé lo suficiéntemente incómoda, pero nada que me hiciese poner de un rojo bermellón como suelo.

Al día siguiente le vi amagos de lanzarse por encima del mostrador de portero que le separa de mí mientras gruñía otra de esas frases gloriosas "Moteraaaaaaaa!!!".

Por la tarde volvía yo de la compra y me interceptó: "Contigo quería yo hablar" y yo "glup" y las bolsas colgando de los deditos blancos por culpa de los briks de leche y las naranjas.
Mi "glup" se debe a que ya me conozco y en estas situaciones, educada por una madre encantadora, no puedo dejar de ser encantadora. Gracias mamá.

"Queee...me gustan a mí las motos"
Y yo "Pues qué bien" con mi sonrisa.
"Pues yo igual me compro una moto, podemos ir por ahí de ruta y eso".
Yo: "Ahá".

Al cabo de un rato -él seguía fantaseando y contándome cosas de sus primos, de sus veranos, del pueblo, de gente rara- tuve que interrumpir su perorata armada de valor, porque yo soy muy tímida y estas cosas me violentan mucho.
"Se me descongelan los congelados, perdona, otro día seguimos hablando".

Dos días después empezaba el puente de Mayo. Me volvió a interceptar y me dijo en plan exigente que a ver cuándo quedábamos. Le dije que me era imposible en todo el fin de semana, que estaba ocupadísima. Se me puso con ese tonillo "Pero a ver, para un fin de semana que libro..."
Me disculpé horrores porque no sé disculparme sin sentirme muy culpable.

Lo peor no es sólo que le vaya a seguir viendo casi cada día, lo peor es que esta gente molesta que te avasalla en tu rutina hogareña, de compra, de deditos blancos, te violenta cuando deberían ser ellos los que se sintiesen incómodos robando el tiempo de una inocente y aprovechando sus debilidades para conseguir lo que quieren.

Tengo que empezar a tener más caracter.

sábado, 3 de mayo de 2008

La nieve, un ejercicio de ironía


Desde hace ya bastante tiempo, esta sociedad nuestra tira más hacia procurarnos generalidades que a practicar particularidades. El hecho de que algo lo haga la mayoría, le otorga un valor excepcional. Lo raro, lo extraño, lo distinto, o se repudia o se convierte en objeto de consumo freaky, que es una forma de masificación.


Te levantas por la mañana en una casa 5% tuya, 95% de tu banco, con el que te unen lazos más fuertes (150.000€) y más duraderos (30 años) que la mayor parte de las relaciones amorosas. Te levantas, digo, a unas prudentes 07:00 A.M. (las siglas son esenciales hoy día), con el termostato de la casa puesto a 23 grados centígrados. Bajas a tu garaje, te subes en tus 6 años de letras de coche, pones el climatizador bizona a 22 grados (el de la zona de ella a 24, hay que ver qué friolera) y pones rumbo a tu a dos horas de atasco de oficina. Aparcas, subes hasta tu mesa, confortablemente acondicionada como el resto de la oficina a 23 grados centígrados, vegetas, trabajas, trabajas, vegetas, trajetas, vebajas


Comes con tus compañeros de trabajo en un restaurante franquicia de alguna cadena americana en un centro de ocio de las afueras con muchos más cines de los abarcables donde dan películas con menos guión que cualquiera porno. En el restaurante, a 25 grados, degustas la especialidad de la casa: charla repleta de lugares comunes y resultados futboleros (y F1, claro) de todo el fin de semana.


Trabajas más, coche (a 22), garaje (a 21), casa (a 23), gastar el tiempo hasta las 22:00, unos minutos de caspa televisiva, cena de microondas, serie americana poco creíble o española creyéndoselo menos. A la cama, leyendo dos páginas de cualquier libro regalado en una fecha señalada… (¡qué gran regalo es el libro, que hace sentirse intelectual al regalador y al regalado!).


Durante el fin de semana practicas algunos hobbies que te hacen mirarte con un puntito de orgullo (“yo escribo”, dices con un deje de modestia y rojura en la cara a tus compañeros de trabajo). Y así se va transcurriendo este engañabobos al que llamamos vida sin saber siquiera el tiempo que hace fuera de nuestra burbuja.


Y, claro, las casas, las oficinas, las carreteras, están preparadas para este tipo de vida. La vida “standard”. Sin rarezas. En cuanto la naturaleza se dedica a hacer su trabajo, tienes alertas rojas en decenas de comunidades, records de consumo de calefacción, gente envuelta en trapos como esquimales de diseño.


Y es ese momento precisamente el que adoro. Cuando las inclemencias del tiempo hacen irónicas todas nuestras esforzadas rutinas, agarro mi cámara y salgo a fotografiar esa señal de “No hagan fuego” en mitad de un campo con 40cm de nieve…




...aquella limitación de velocidad en un lugar donde ni con esquís irías más rápido...


...o, mi favorita, la que encabeza este post, esa señal de zona apta para minusválidos, en un lugar absolutamente intransitable, pero con la huella de una silla de ruedas...

Y es que sin ironía este mundo sería como una noche viendo "Escenas de Matrimonio" y sintiendo una obvia simpatía hacia aquellos que apalizaron a Jose Luis Moreno…

miércoles, 30 de abril de 2008

Lady Cosecha Amarga



Billie siempre había sufrido en carne propia la brutalidad del racismo. A pesar de ser una cantante que ya vivía de sus ventas holgadamente, había pasado por situaciones muy duras. El color de su piel mestiza le ocasionaba problemas en los bares de blancos, en los que no le dejaron cantar durante mucho tiempo (hasta que se la vio con Benny Goodman) y en los de negros tampoco era mejor, allí sufría una especie de racismo reactivo... No era negra sino mulata, así que la despreciaban e insultaban. Por su color y por tocar clubes de blancos.

Para actuar en estos bares, llegó a pintarse con tizne para parecer más negra. Y la obligaron en otros lugares a subir en montacargas en vez de en el ascensor. Y le robaron un vestido porque una negra no podía vestir cierto tipo de ropa elegante. Y tuvo que huir literalmente de más de una ciudad del sur por intentar cantar alguna canción con mensaje antirracista.

La historia no era nueva. Su padre murió por una hemorragia que nadie quiso atender.

En este contexto, el poeta y compositor Abel Meeropol se desenvolvía malamente. Era judío, descendiente de una familia rusa, de ideología de izquierdas y, por si faltaba algo en aquella américa ultraconservadora, afiliado al partido comunista. En cierta ocasión vio las fotos de los linchamientos y ahorcamientos de dos jóvenes negros y le impresionaron profundamente... Compuso un poema llamado Bitter Fruit que publicó con seudónimo y al que más tarde puso música para que lo cantara su mujer (ya como Strange Fruit).

El encargado de uno de los locales con más renombre del momento, el Café International, se quedó impresionado al escuchar aquella música tan elocuentemente certera y puso en contacto a Billie con Meeropol.

Billie tuvo muchísimas dudas. Después de lo que le había costado llegar a los escenarios, era un riesgo grande que le privaba de una parte importante de su público, que aceptaba que una negra cantara bien pero no que les diera "clases de moralidad". Finalmente se decidió y habló con su discográfica. Ésta, se negó en rotundo. Un rotundo muy rotundo. De los de "no la grabes o te meterás en líos muy serios". Billie, que era muy cabezona, se fue a grabarlo a un sello independiente con técnicos de sonido negros que no le pusieran problemas.

Y, desde aquel momento, allá donde tocaba la cantaba con el último bis. No esperaba al aplauso porque no sabía cómo iban a reaccionar las gentes del público. La cantaba con los ojos cerrados, o mirando al infinito para no distraerse con las caras de aprobación o desagrado de los que tuviera enfrente y antes de que la aplaudieran (o no), desaparecía del escenario. Su técnico de luces, habitual en sus giras, ya estaba al tanto y encendía los focos en cuanto pronunciaba sus últimas dos palabras, Bitter Crop, cosecha amarga, expresión que Billie siempre quiso como nombre para su biografía y que los editores nunca permitieron.

Y así, Lady Cosecha Amarga hacía de sus actuaciones y de su vida en general, una huída perpetua ...



Traducción de Strange Fruit:

Los árboles sureños brotan una fruta extraña,
sangre en las hojas y sangre en la raíz,
cuerpos negros que se balancean en la brisa meridional,
fruta extraña que cuelga de los árboles del álamo.

Escena pastoral del sur galante,
las cuencas de los ojos vacías y la boca torcida,
olor a magnolias, dulce y fresco,
y, repentino, el olor de la carne ardiendo.

Aquí está la fruta para que los cuervos desplumen,
para la lluvia arrugue,
para que el viento aspire,
para que el sol descomponga,
para que los árboles caigan,
aquí crece una extraño y amarga cosecha...

Aquí está la fruta para que los cuervos desplumen,
para la lluvia que arruga, para que el viento la aspire,
para que el sol descomponga, para que de los árboles goteen,
Aquí se da una cosecha extraña y amarga.

martes, 29 de abril de 2008

Música para estar lejos

Leo la sección de cultura a través de internet para escucharla, para verla moverse. Esta vez leo una entrevista a Toumani Diabaté.

Dice cosas interesantes, entre otras, que "el astrofísico Cheik Modibo Diarra, que trabajó en California para la NASA, colocó música de Toumani Diabaté en las estaciones espaciales: 'Cada mañana mi música despertaba a los astronautas'.".

Y me lo imagino.

Esa gente, que está viendo por un ojo de buey al mundo como una bola de Chaplin en un fondo negro moteado. Más que hermoso tiene que ser sobrecogedor. Sentirte de la dimensión de la nada más ínfima. Pensar. Supongo que pensar mucho. No sé en qué, pero mucho.

(Claro que también me imagino en un momento trascendente para la humanidad dilucidando la oscura razón que me llevó a no mear antes del asunto, del Asunto en realidad. Esas cosas de uno que ayudan a la más indigna humildad.)

((Dios a ver cómo levanto el post ahora:))

Volvamos a la estación espacial, al ojo de buey, a la bola sobre fondo moteado, a la dimensión nada.

Me imagino la responsabilidad de escoger una música para el momento. Tardaría meses en decir que me declaro incapaz.

Y veo y escucho a Toumani Diabaté. Y me parece una buena elección para imaginarlo y estar a la vuelta del ojo de buey viendo un mundo fuera de debajo de los pies de uno. Uno nada.

Imagino.

Y pienso mucho, no sé en qué, pero mucho.

Imagino. Y estoy allí. Un poco.

Bendita miope imaginación.

Wii (güis)

Pues será divertidísima, pero a mí la wii me parece muuuuuuu cansina.

La belleza se llama Chuck Norris


Hay algunas cosas, pocas, que emocionan al más pintado.

Recuerdo, hace poco, una en concreto. La historia de una pingüina emperador de Pelo-Pico-Pata, o como quiera llamarse el programa, que, tras una herida en la aleta, había tenido que recibir atenciones especiales de su cuidador, y se había enamorado de éste. Así que cuando era hora de devolverla con sus amigos pingüinos ya pasado el tiempo, la pingünia se volvía y enterraba la cara en las piernas del cuidador, y le ponía su aletita en la rodilla. Hasta que se echaba al agua y la naturaleza podía con ella, y se iba nadando. Y el cuidador se queda llorando en la piedra.

O cuando una brillante tarde de junio una niña de cinco años me regaló su plastilina azul porque no encontró mejor forma de decirme que me quería.

Y, hace unos días, me arrebató la emoción y me llevó casi al borde de las lágrimas cuando vi el comic de Chuck Norris. Después de años de verle pegar patadas al aire que se quedaban a 35 cm. de la cara del supuesto Malo Maloso de turno en su serie. Después de asistir a ese movimiento freaky en internet al respecto de lo que podía o no podía hacer ("Chuck Norris puede dividir entre infinito"). Después de que mi alter-ego tuitero le dedicara su ya clásico: "Chuck Norris puede escribir tuiters de 141 caracteres" .... después de todo eso descubro el comic que encabeza esta entrada.

Les juro que hay mañanas francamente hermosas...

lunes, 28 de abril de 2008

Elefantarte

Contra todo pronóstico, a veces, me sorprendo.

¿Un ejemplo? Esta mañana. Resulta que hay un proyecto denominado "Proyecto de Conservación del arte del elefante asiático" que se encarga de gestionar el incipiente (y en franco desarrollo) mercado de los cuadros pintados por elefantes. Parece que hay un boom en lo que respecta a las ventas de este tipo de pinturas, que pueden alcanzar hasta los 3000 dólares, creando a su alrededor un inusitado interés, con gente dedicada a interpretarlos e incluso escuelas de pintura de elefantes (¡!).

Según comentan, hay cuatro:

- Escuela Norte, llamada "de tendencia lírica". Un ejemplo es este cuadro, Breath of Orange roses:







Este cuadro fue pintado por un joven elefante llamado Jojo (el de la foto) y se vendió en Christie´s. Hay una biografía del bichito este en la página donde venden sus cuadros.


- Escuela Centro, llamada "de tendencia oscura" por sus colores morados, violetas y negros... El cuadro se llama Big Bath:







Este lo ha pintado esta monada de elefanta llamada Wanalee, muy jovencita, parece que tiene 10 años. Según comentan, su pintura presenta un característico "dramatic sweeping arc style". Vende habitualmente en la Bloxham's Gallery de Londres.


- Escuela Sur, llamada "de tendencia azafrán", porque utilizan oros, cobres, púrpuras, plateados y azafranes. Un cuadro que lo representa es Keep on moving:







Está pintado por Ramona (les juro que es cierto), una elefanta de Sumatra, nacida el 27 de Febrero de 1995. Es esa guapura que les he puesto más arriba. Por ahora, no vende en grandes salas. Dadle un tiempo que promete mucho.


- Escuela Dos, llamada así por crear los cuadros en dos fases, una en la que pintan todo el cuadro de un color y otra en la que pintan figuras encima. El ejemplo lo da este "Cloud before rain":







Lo pinta Seng Wong, uno de los artistas más apreciados en el mundo. Es el pollo ese que está al lado del cuadro. Él es de Bali y, al parecer, la peculiaridad de su pintura radica en el hecho de que nació en la naturaleza salvaje, no en cautividad, y tiene un mayor poder de abstracción.

Alucinante.
Si alguien quiere abundar más en este tipo de pinturas, o saber las biografías completas de los elefantitos (que están), o incluso COMPRAR una de sus pinturas, que acuda a esta página:

http://www.novica.com/

...y ponga "elephant paintings" en el buscador.
Hay libros dedicados a este tipo de arte. Parece que la Biblia del arte elefantino se llama "Cuando los elefantes pintan", de Mia Fineman, una profesora de Yale. Está traducido a cinco idiomas (no el español).
Hay círculos de discusión e interpretación de sus pinturas, simposiums, encuentros anuales de compradores, subastas benéficas ...

Y luego me dicen a mí...

sábado, 26 de abril de 2008

Porque tú me lo pediste

Porque es sábado, porque es abril, porque la metereología actúa en consecuencia, porque el escarnio atávico me motiva, porque el autor, Iñaki Novellón, no será una estrella porque no le da la real gana, porque es oscuro, porque yo también, porque vas a subir el volumen de los altavoces hasta un nivel imprudente, porque es sábado,
porque sí,
porque tú me lo pediste:


viernes, 25 de abril de 2008

Diccionario de las Preguntas Vacuas


Reconozco que me puede.
Es superior a mí.
Cuando alguien hace una pregunta trascendente pero que nadie espera que se conteste sinceramente... voy y lo hago.
Por descolocar, supongo.
Ya saben de lo que hablo. Esos "¿Cómo estás?", "¿Qué tal andas?".
Normalmente, soy un tipo bueno y sociable y contesto "Bien, y tú...". Pero a veces...

... a veces la pregunta me parece tan descaradamente hipócrita que no puedo dejar pasar la oportunidad. Mi frase favorita es:

- ¿Qué tal tú de lo tuyo?

Es... tan genial... Lo que suelo hacer en esos casos es contestar con algún discurso evasivo que no dé pistas sobre mí pero haciendo partícipe al interlocutor de una falsa intimidad. Del tipo:

- Bueeeeeno... tú ya sabes como son estas cosas. Depende del cristal con el que se mire, vaso medio vacío o medio lleno. Tú ya me conoces con estos temas, siempre intento hacer las cosas en su justa medida aunque uno no siempre se ve recompensado... Pero qué te voy a contar a ti que no sepas. De todas formas, un día quedamos y charlamos sobre el asunto frente a un par de cervezas.

Esta absoluta vacuidad me fascina. Esa atracción por perpetuar el vacío que supone una cierta persona para nosotros...

En fin, ayer tarde me preguntaron: - ¿Qué tal todo? Y, ¿saben qué? Contesté.
Sobre todo.

Tardé un rato ante la mirada atónita de la chica, que, contra todo pronóstico, quedó mucho mejor informada sobre mí de lo que están mis amigos más cercanos...

jueves, 24 de abril de 2008

Unos

Dos. Una y Uno. Uno en Una. Dos en Uno. Dos.

Una expulsa un ruido. Entre espiración fuerte frotando contra las paredes de la boca y brisa bronca.

Uno para. Suave. Tonto. Estando en fuera de Una.

Uno: ¿Te hago daño?

Una: Sí, por favor.

Dos. Unos.

miércoles, 23 de abril de 2008

Lo frío de la sabana


Ni con los análisis.
Ni con las ecografías.
Ni tan siquiera cuando te enchufan por primera vez los altavoces y escuchas su corazón galopando a ritmo impensable, consigues entenderlo.
Luego vienen los cursos, las monitorizaciones, el hospital… todo rodeado de una especie de filtro que le cambia los colores, como en el cine americano.
Todo te parece muy verde.
Muy azul.
Vas coleccionando los lugares comunes que luego narrarás.
“Justo me crucé con una pareja de ancianos que lloraban, lo que es la vida…”
Pero la esencia, no la entiendes.

Y al rato, te dicen que enhorabuena, que todo cambió.
Y la ves, y le ves, y te pasa como cuando estás tan cansado que no puedes dormir.
Tan emocionado que no te puedes emocionar.
Le pones el meñique y lo agarra, y dices: “Ya está. Ya no me suelta”.
Y se te queda ahí agarrándote por dentro con su manita inconcebible.
Y le das un beso a ella.
Y todos actuamos como nos toca actuar en esta ceremonia del nacimiento.
Las pequeñas lágrimas que te toca mostrar.
Los nervios que se te caen por el doblez del pantalón.
Las muescas de la puerta por la que se la llevaron sabidas de memoria.

Pero ni siquiera cuando tus padres te hablan de ser padres, entiendes nada.

Y no lo haces hasta que, bien llegada la noche, cuando todos se han ido y estás a solas con ellos, les miras y les ves aprendiendo a ser dos, en lugar de uno.

Tú te quedas fuera mirando, como uno de esos ángeles de El cielo sobre Berlín, ayudando, haciendo la vida más fácil, soplando bellezas, pero fuera, al fin y al cabo…

Y la ves a ella, débil por el día irrepetible pero luchando por no dormirse, por aferrarse a la consciencia de tenerle cerca, con la cara vuelta hacia la cuna, con los ojos cabizbajos arrasados de sueño.
Y le ves a él, con apenas medio día de estar en este mundo, con la cara vuelta hacia el olor de ella, agotado de nacer pero luchando por no dormirse porque ya no siente su latido rodeándole.

Yo apago la luz.
El niño rompe a llorar.
Ella le susurra algo.
Se calma un poco pero poco.
Ella rompe a llorar.
Le susurro mimos.
Se calma un poco pero poco.
Yo rompo a llorar.

Ahora sí, lo entiendo.
Nada de lo que se puede decir podrá calmarnos.
Les tomo de la mano y los tres nos quedamos llorando bajito, acariciándonos el pelaje como animales huérfanos, asustados por lo frío de la sabana…