miércoles, 7 de mayo de 2008
Mandamientos para quien ama a una mujer
Crearás para la mujer un cauce donde habite el río navegable de tu caricia.
Admirarás su cuerpo como una civilización perdida.
Jugarás al escondite con su boca perfecta.
Encontrarás los placeres del imperio de su sombra.
Mancharás su cuerpo de temblores.
Desatarás tu lengua de viento tramontana para que remonte sus malezas.
Crearás una mitología al olor de su pelo.
Recibirás sus besos como una forma de entender el olvido.
Aprenderás a deshacerle las trenzas de su rabia.
Y la amarás, sobre todas las cosas, por lo dulce de sus rodillas.
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4 comentarios:
Urgh! Los tiempos cambian y los aventureros también. Que me quiten la maleza primero, ¡redios!
Siempre mío,
Capitán Mazas.
La amarás sobre toda las cosas por sus rodillas. Gran frase para acabar un gran texto.
A veces para amar, solo hace falta eso, seguir amando.
Muy bonito.
Un abrazo.
Muchísimas gracias, la Maga. Tengo debilidad por ciertos lugares del cuerpo de una mujer. Rodillas, brazos, hombros, el reverso de los labios... Ante la belleza sencilla de esos sitios, me desarmo por completo.
Muchas gracias Alma. Hay un momento en la película "El nombre de la rosa" en el que Sean Connery reflexiona sobre los escarceos amorosos de su pupilo. "Qué pacifica sería la vida sin amor, Adso. Qué pacífica. Qué segura. Qué tranquila... Pero qué insulsa...". Un abrazo.
Capitán Mazas... está hecho usted un sibarita del demonio. No me extraña que sea siempre suyo.
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